Teatro clásico, un clásico del verano en Mérida

Mérida, esa ciudad en la que tragedia y comedia se cruzan. Donde puedes viajar en el tiempo y sentirte como en un ciudadano del Imperio Romano. Mérida, un clásico estival para disfrutar del buen teatro y donde pasar un «poquito» de calor.

Actores Festival Teatro Clásico de Mérida

 

341 kilómetros he de recorrer por carretera para llegar a Mérida. El objetivo, otro año más, es disfrutar del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que anualmente programa funciones para julio y agosto en el Teatro Romano de Mérida. En esta ocasión yo me decanté por Alejandro Magno. Aquí os dejo una pequeña guía para un road trip teatrero.

¿Cómo elegir las localidades? 
La gran tentación es coger las entradas más baratas, las de Cávea Media. La parte positiva es que desde cualquier sitio se ve bastante bien el escenario y la parte negativa es que son tremendamente incómodas. No son numeradas y están en la parte no restaurada, así que hay rocas picudas que se clavan en el culo y dos horas de función en esas condiciones se hacen eternas. Eso sí, donde fueres haz lo que vieres, y si los lugareños van con almohadones es una buena idea que hay que copiar. Este año decidí gastar un poco más y sentarme bien centradita en la Cávea Central Alta, que tiene mejor visibilidad, la grada es lisa y cada localidad tiene almohadón propio. Aunque el sitio es muy estrecho, casi sin espacio para los pies, y prácticamente rozando al de al lado. Aunque la función empieza a las 23:00 horas aproximadamente sigue haciendo un calor agobiante, el movimiento de abanicos entre el público será la tónica de la función. Conclusión, hay que ir con una botellita de agua, almohadón si vas a las localidades baratas y abanico.

Un consejo, en los últimos años, cuando las obras tienen buena crítica, las entradas vuelan, así que no es recomendable dejar para el último momento la compra o ir a la taquilla el mismo día de la función.

¿Qué obra ir a ver?
Por Mérida han pasado grandes obras. En los últimos años que yo pueda recordar: Hécuba, con la gran Concha Velásco; Medea, protagonizada por Ana Belén… El cartel siempre tiene actores y actrices de primera línea que consiguen llenar el enorme escenario de Mérida, y eso es muy complicado. Pero, por lo general, lo que pone los pelos de punta es la escenografía. Este año Alejandro Magno contaba con dos piscinas-lagunas en los laterales y el protagonista entraba a escena montado en un caballo negro impresionante mientras atravesaba una de esas piscinas-lagunas. Sonidos de tambores que resuenan en columnas de 2.000 años, fuego, luces, arena… La atmósfera que se crea es impresionante. En definitiva, no creo que ninguna obra defraude. Mérida es puro espectáculo.

 

¿Y después del teatro?
Como es de esperar cuando una obra comienza a las 23:00 horas, la salida del teatro es bastante tarde. Pero dentro del recinto donde se encuentra el teatro, montan una terraza estival con vistas a las ruinas y solo por eso merece la pena disfrutar de un mojito o lo que surja. Suele tener bastante ambiente: música, sofás tipo chill-out, etc.

Y sin que parezca una locura, la una de la mañana puede ser la mejor hora para visitar algunos lugares. El principal motivo es que ya no hace un calor abrasador y, por otra parte, personalmente las ciudad iluminadas en la noche me parecen más bonitas que de día.

Más actividades durante el Festival
Principalmente recomiendo el pasacalles que se realiza los sábados en los que transcurre el Festival. El recorrido comienza en la puerta principal del Teatro Romano y baja por la calle peatonal Santa Eulalia hasta la Plaza de España. Cada año se inspira en una obra de la literatura romana y es realmente divertido e impactante.

Actor en pasacalles de Mérdia

Además del pasacalles, se programan muchas más actividades: exposiciones, clases, teatro off, cuentaclásicos, etc. Pero para disfrutar de todo ello es necesario un poco más de tiempo del que yo estuve y, en algunos casos, tener disponibilidad entre semana.

 

Un poquito de historia sobre el Teatro Romano de Mérida
Esta construcción se erigió entre los años 16 y 15 a.C. y su impulsor fue Agripa cuando la colonia fue promovida como capital de provincia de Lusitania. El teatro se encuentra junto al Anfiteatro (aquí se realizaban los juegos de gladiadores, luchas entre animales, etc) y ambos se construyeron parcialmente en la ladera de un cerro, un método para abaratar costes.

Fue en 1910 cuando se iniciaron los procesos de excavación, en esa fecha lo único que se encontraba al aire libre era la grada superior o summa cavea y los emeritenses bautizaron cariñosamente esa zona como las «Siete Sillas».

Teatro Romano de Mérida

 

En época romana daba cabida a unas 6.000 personas y cómo se sentaban los espectadores no se dejaba al azar:

  • Imma cavea: la zona que se sitúa más abajo y cercana al escenario, se sentaba la alta sociedad y, por lo general, solo hombres.
  • Media cavea: aquí veían las funciones el público general y estaba inmediatamente después de la imma cavea
  • Summa cavea: donde se sentaban mujeres y niños, es la parte más alejada del escenario.

Por otra parte, el escenario tiene dos cuerpos de columnas entre las que hay estatuas de emperadores divinizados y dioses del mundo subterráneo.

Existe una entrada conjunta para visitar el Teatro y el Anfitatro que cuesta 15 euros (7,5 euros, la reducida). Además también permite visitar la Alcazaba Árabe, el Circo, Casa de Mitreo, etc.

 

¿Y dónde dormir?:

El Festival de Teatro Clásico atrae a muchísima gente a Mérida, más de la que podía imaginar. Así que conseguir un alojamiento decente a un precio razonable no es tan sencillo. Este es el típico viaje que es mejor planificar con mucha antelación y no dejarlo para última hora.

Hostal la Flor de Al-Andalus. Nunca he conseguido habitación, pero está céntrico, tiene buenas puntuaciones en Tripadvisor y acepta mascotas. Algún año conseguiré alojarme aquí…

Hostal Salud. Lo dicho, planificar en viaje a Mérida con poca antelación supone no tener mucho donde elegir en cuestión de alojamiento. Este hostal no cuenta con gran puntuación en Booking, pero hace dos años era el único que estaba disponible a un precio razonable. Es un hostal familiar y no hay que esperar grandes lujos. Lo más importante es que el baño estaba limpio, aunque la puerta era de cristal opaco y se podía ver la silueta del que estaba dentro, poco recomendable para un fin de semana romántico. Punto a favor, que se puede ir andado hasta el teatro.

Camping Mérida: Es tranquilo, en julio había más parcelas libres que ocupadas y con bastante sombra. La limpieza es aceptable, aunque el mismo baño que estaba sucio a las ocho de la tarde seguía igual a las nueve de la mañana del día siguiente. Está a las afueras de de Mérida por lo que para ir al Teatro Romano o a otro sitio es necesario coger el coche (no sé cómo funciona el transporte público en Mérida). También cuenta con bar para poder desayunar y piscina, lo mejor del camping sobre todo en pleno verano extremeño. Eso sí, no es exclusivo del camping por lo que hay bastante gente. Otro punto positivo es que es bastante económico. En mi caso: una noche, dos tiendas pequeñas, un coche y tres personas ascendió a 26 euros en total.

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